La situación actual de crisis sanitaria por el Covid-19 ha cambiado nuestras vidas de un día para otro sin preludios. Hemos dejado en un compás de espera nuestra vida cotidiana, nuestros hábitos, nuestras costumbres y nuestra tan valorada vida social. Hemos bajado nuestra velocidad vital y ahora estamos confinados en nuestra casa, nuestro hogar, ese nombre proveniente de tiempos ancestrales en el que cada unidad familiar se reunía alrededor del calor del fuego para calentarse, comer, arroparse emocionalmente y donde el tiempo pasaba más pausado. Transpolado a hoy en día, estos días nos ha dado tiempo de poder reflexionar cómo vivimos y cómo son nuestras viviendas: grandes o pequeñas, con poca o mucha iluminación, su orientación solar, si son agradables, cómodas, saludables, ruidosas, y cómo no, si disponen de espacios de calidad, tanto interiores como exteriores. Seguro que a la tuya le has encontrado defectos y virtudes.

La forma de vivir una vivienda es un espejo sociológico. Los modelos familiares han cambiado mucho en las últimas décadas porque ya no existe un sólo tipo de familia, sino muchas variantes de ella, a las cuales se suman además diferentes formas de cohabitar por necesidad de no poder hacerlo de forma individual. Las viviendas del futuro deberán tener un fuerte componente de flexibilidad en los espacios y usos polifuncionales. Como arquitectos que pensamos, diseñamos y construimos esos lugares donde pasamos la vida,  esta situación nos agita los conceptos como renovación, transformación y versatilidad.

Vivienda YS en Mallorca

Desde el punto de vista urbano, la mayoría de la población vive en viviendas-piso dentro de un edificio, ya sea en bloque alineado o bloques exentos. Los espacios exteriores, como balcones o terrazas,  han sido poco utilizados en las últimas décadas, pero estos días están siendo protagonistas de los encuentros sociales que permiten expandir al espíritu atrapado. Si se tiene la suerte además de que las vistas al espacio urbano son de calidad, con distancias a otros edificios suficientes para que el sol bañe la vía pública y los espacios verdes generen aire renovado, entonces es cuando puedes empezar a valorar la calidad urbana y a pensar que “alguien” tuvo todo eso en cuenta anteriormente.

Pues ahí está hoy CEL-RAS ARQUITECTURA, reflexionando todo esto para que alguien mañana pueda apreciar y disfrutar su vivienda y su ciudad. Y te decimos, ¡Quédate en casa!, tu hogar, tu fuego vital.